Archivo de Bharaphur

4-3-2010

Posted in Viaje with tags , , , on 8 marzo, 2010 by viajeindia10

Mundo de Sijs, los hombres de los turbantes eternos. Desde su nacimiento los varones nunca se cortan el pelo. Cuando son jóvenes el cabello se lo recogen en un moño sobre la frente. Más adelante ese moño se lo recubren con un turbante que sólo se quitan para lavarse el pelo.

Estamos en Bharaphur, provincia del Rajhastan. La ciudad destaca por sus murallas y fosos de agua, pero donde realmente se cuece la vida es en el barrio del mercado y las callejuelas aledañas. Los rickshaws viven en familia con sus propietarios, son como perros postrados delante la puerta esperando que su dueño salga por la mañana para sacarle a pasear. Después será una incierta jornada buscando a quién llevar para sacar las rupias de la supervivencia. Es increíble como estos aparatos de tres ruedas aguantan sobre un mundo de agujeros cargados hasta convertir a sus viajeros en auténticos equilibristas. Al menos sus propietarios se pueden considerar dichosos por poseer un vehículo a motor, no tienen que estar toda la jornada pedaleando como otros que al final consiguen menos rupias.

Mientras ellos se buscan la vida la mujer sigue en casa, en cuclillas y próxima al suelo. Es el destino por no nacer hombre. El fuego y el humo son compañía constante en sus vidas, aunque después de ver la vida de sus maridos no sé que es mejor.

Los juegos de colores y volúmenes lo invaden todo convirtiendo cada esquina en una bella composición. Son verdaderos artistas sin ellos saberlo. Raja el tendero del barrio me mira extrañado al verme fotografiar unas escaleras. Qué fotografías?. Esa es la pregunta que parece escapar de sus gestos de brazos y manos. Cuando le enseño la foto su asombro es todavía mayor. Supongo que la constante búsqueda de lo práctico para conseguir la comida diaria impide a sus sentidos encontrar la belleza ante lo cotidiano del mundo que les rodea. Pero claro, eso también tiene su parte positiva. Igual que no aprecian la belleza, tampoco ven la inmundicia.

Por cierto, ya he conseguido poner cara a nuestra enferma de Agra. Sorprendente el paso de ser una especie de trapo a ser un guerrero, o en este caso guerrera. Encarna ha salido del hospital y se ha venido con nosotros hacia Jaipur. Volamos hacia España el mismo día y ya no le da tiempo viajar a Benarés. Fuerte carácter el de esta mallorquina de la que por el momento prefiero no dar opinión ya que me cuesta entrever lo que se esconde tras esos ojos claros.

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